domingo, 20 de noviembre de 2016

Reseña de la novela Sin Destino

Nunca lo hubiese creído y, sin embargo, es una verdad como un templo; en ninguna otra circunstancia importa tanto llevar una vida ordenada, ejemplar y hasta virtuosa como estando preso” Imre Kertész





La novela Sin Destino narra la historia del joven György Köves de 15 años de edad, quien  mediante un modo de tranquilidad en inocencia, trata de afrontar y adaptarse continuamente a su deplorable situación física, social e individual en medio en los campos de concentración alemán como son: Auschwitz-Birkenaun, Buchenwald, y Zeits, logrando mantenerse en un estado de  normalidad”. 

György es el  que guiará al lector por una vida de incertidumbre, donde  a lo largo de los días  como recluso no llegue a caer en remordimiento, ni al desespero. Por lo demás no intenta nada por salir de la situación, sino más bien, acepta y adapta a la nueva condición  lamentable en el que debe aprender a convivir y sobrevivir.

 Al inicio de la novela en las primeras páginas, György deberá asumir la responsabilidad junto a su madrastra del almacén de madera, después de que su padre ha ido a laborar en campos de trabajo obligatorio, sin embargo, esta responsabilidad no dura, ya que todos los jóvenes judíos deben a ir a trabajar en la refinería de petróleo Shell, ubicada en la Isla Csepel. Al tener que ir a trabajar a la refinería, puede movilizarse hasta altas horas de la noche y al mismo tiempo cruzar la frontera de la capital, derecho que estaban vedados a todos los judíos, también de la disminución de alimentos.

Al tener el pase, György Köves va a su primer día de trabajo; en el trascurso de la carretera el tren es detenido por un policía, quien da orden de bajar a los que llevan puesta la estrella amarilla, Köves al bajar,  se encuentra con más jóvenes que son: Curtidor, Fumador, el Suave, Rozi y Moskovics. Todos ellos no entienden de la situación social, motivo por el  cual cada petición del policía es  cumplida. Estos jóvenes son llevados por el policía a la oficina de la Aduana, mientras ellos se entretienen jugando durante el día, llegan más personas al lugar, luego son organizados por filas por unos policías y posteriormente custodiados por unos militares. Después de un largo camino, llegan a un cuartel donde deben entregar sus pertenencias, ya que estos objetos son considerados por los alemanes del mercado negro.

Después de haber entregado sus pertenencias, György Köves viaja en  el tren  cubierto de alambres de púas,  junto con las otras  personas, aguanta sed, hambre y ve morir a una señora por falta de agua. Al pasar varios días, por  fin llega a  Auschwitz-Birkenaun, el primer centro de concentración alemán. Allí el personaje por primera vez ve a los presos con el uniforme de rayas blancas, en este lugar, los allegados son organizados por filas y un médico determina los que son aptos para el trabajo y los que no son enviados al cuarto de cámara de gases, ya que Auschwitz-Birkenaun es un campo de exterminio.

A los pocos días, de nuevo Köves es trasladado junto con los  demás al campo de concentración Buchenwald. Ellos son recibidos por los militares y por primera  vez puede dormir en pajas de lecho y la comida es mejor que en Auschwitz;  al mismo tiempo, todos los nombres de los presos son cambiados por números, que debe ser memorizados y aprendidos en lengua alemán. Nuevamente el personaje es enviado a otro campo más pequeño llamado Zeits, donde no existe crematorios, ni duchas, solo cuatro torres de vigilancia. Köves se hace amigo de Bandi Citron, un joven húngaro que fue deportado a trabajar cuando apenas tenía 21 años, quien dice que debe aprender a racionar la comida.

György cada día se siente más cansado por el trabajo y por la falta de comida, come lo  que encuentra, y ya no le molesta  el frío ni la humedad “ya no sentía ganas ni fuerza para nada; cada día me levantaba cada vez más cansado; cada día que pasaba soportaba peor el hambre; me movía con más y más dificultad; todo se me volvía una carga incluso yo mismo” (Kertész, 1975 p.101-102). Esto se refleja en György Köves a medida que transcurre los días en medio del trabajo agotador, el hambre, sed  de la que  padece a cada momento además de la humillación y maltrato físico por parte de los militares alemanes.

De tanto trabajar, se lastima la rodilla y es llevado por Bandi  Citrom y otro compañero al dispensario, donde su rodilla es operada y no puede seguir con su  labor.  György es trasladado a Buchenwald. Su recuperación es lenta y sin haberse mejorado del todo, se le inflama la espalda, que le permite estar más tiempo en el hospital y ser testigo de las cantidades de enfermos que llegan, algunos heridos por balas perdidas de enemigos de los alemanes. György físicamente se encuentra desgastado y sólo se da cuenta del día y la noche, por los saludos de buenos días y noches que le dice el médico. Recuerda su casa, su familia y mantiene viva la memoria, porque solo la imaginación es la que permite vivir y no caer en la terquedad.

Sale liberado después de haber estado un año en los campos de concentración Nazi, gracias a las tropas estadounidenses quienes derrocaron a los alemanes. De regreso a casa, se da cuenta de que su familia no se encuentra, su padre había fallecido a los dos meses y su madrastra se ha vuelto a casar con Süto, el  administrador de los bienes de la familia de György. Para este momento, su pensamiento es más claro en el sentido que ahora entiende la situación social, e incluso a pesar de ser joven  su  personalidad  se transformó de aquel   sujeto novato a  un adolescente con pensamiento claro, pues para ese entonces György  llega a su ciudad natal Budapest y  tendrá que enfrentarse a la conciencia social, a los prejuicios e ideas preconcebidas y a su propia situación personal en la que debe seguir su vida sin nunca olvidar lo sucedido, puesto que ya hace parte de su existencia
.
En la novela se puede apreciar cuatro puntos importantes: a) El joven- adulto, b) La Imaginación, c) La inocencia, d) La supervivencia, e) La Felicidad.

En el punto a, El joven- adulto se encuentra al inicio de la novela, donde el personaje de la historia a pesar de la corta edad, debe asumir la responsabilidad y hacerse cargo del almacén de madera junto con su madrastra; esto implica pensar como adulto, aunque su pensamiento y comportamiento sea de un adolescente; como lo menciona a  continuación “En mi caso por ejemplo, como pude enterarme por mi tío, tendría que desempeñar en el futuro el papel de la cabeza de familia” (Kertész, 1975 p.16). La responsabilidad se ve truncada cuando el personaje es detenido por un policía y forma parte de todos los jóvenes judíos, quienes serán enviados a los campos de concentración. A pesar de asumir esta responsabilidad, Köves es inocente frente a lo que está sucediendo, es por tal razón que  asume de forma natural,  y es consiente que a pesar de estar recluido en el campo de concentración, debe comportarse de la mejor manera y adaptarse es lo que permite no caer en remordimiento en medio de los días infinitos.

Sin embargo, al transcurrir los días, lo que no le permite caer en la terquedad (suicidio en lo que muchos presos terminaban con su vida) es la imaginación y añora la casa,  familia y su colegio. La imaginación traspasa  las paredes de los campos de  concentración “Lo había oído decir, y ahora también puedo dar fe a ello: es verdad que las paredes de la cárcel no pueden poner límites a nuestra imaginación” (Kertész, 1975 p.106). Es importante resaltar este apartado, porque da referencias, de que a pesar de las difíciles circunstancias, la única que no se le puede poner  límites es a la imaginación de un individuo.

Por un lado, desde el inicio de novela se presenta a un adolescente que tiene desconocimiento total respecto a la situación social de ser judío. Mientras ocurre el desinterés de parte del hijo a las situaciones de los adultos, llega la noticia a su  padre en la cual notifica que deber  ir a trabajos obligatorios, con la esperanza incierta de regresar de nuevo a casa. Al cabo de  dos meses después del viaje de su padre, Köves al igual que él deberá ir a trabajar con la diferencia que su padre si tenía conocimiento  de la repercusión del ser judío, mientras  que su hijo no le presta mayor interés a lo social ni cultural. Por consiguiente el joven frente a todo lo que sucede no le presta interés, es decir es inocente a lo que acontece a su alrededor.

De modo que cuando es recluido en los campos de concentración no tiene remordimiento, más bien es un proceso  que se manifiesta gradualmente y que, visto minuciosamente, se caracteriza  en un principio más por el asombro y la sorpresa que por causar espanto y pavor. Solo por eso el joven no llega caer en la desazón y a lo largo  de los días como cautivo intenta acoplarse a la mejor manera y encontrar la felicidad en medio de las difíciles circunstancias “En primer lugar, todo lo nuevo hay que empezarlo con buena voluntad, incluso en un campo de concentración; ésa fue mi experiencia ―de momento, bastaba con convertirse en un buen preso, lo demás vendría después” (Kertész, 1975 p. 139).

Además de los puntos ya mencionados, György Köves enfrenta la supervivencia humana, el deseo de comer pan, tomar agua, etc., estas necesidades físicas se presenta a lo largo de la novela una y otra vez. Donde el autor nos  muestra a través  del personaje que sin importar  las difíciles situaciones, todo humano va a necesitar satisfacer sus necesidades físicas.

Como último punto resalto la felicidad, donde a pesar de las graves situaciones físicas a las que se enfrenta  Köves,  él la logra sentir y es por eso que él les contará de aquella felicidad que existe en los campos de concentración “Claro, de eso, de la felicidad en los campos de concentración  debería de hablarles a la próxima vez que me pregunten .Si me preguntan. Y si todavía me acuerdo (Kertész, 1975 p.173).

Por lo anterior, considero que vale la pena leer la novela Sin Destino, ya que trata de temas profundamente humanos en donde el personaje se ve enfrentado a situaciones familiares, sociales e individuales; empezando porque debe  asumir una gran responsabilidad siendo adolescente, seguir el destino de todos los judíos y por último enfrentar su  propia supervivencia lejos de su familia y sociedad. Siendo así, es interesante leer la novela por su contenido histórico trascendental en la vida de muchas personas que fueron manos de obra para los Nazis, en donde a través de  György muestra paso a paso todo lo vivido.

Cada palabra escrita por Kertész es una forma de análisis, la cual pudo convertirlo en  objeto de sus narraciones, para que nosotros como lectores, seamos testigos y conozcamos lo que muchas veces  pasa  desapercibido. Es una novela corta, poco a poco nos va introduciendo al texto por su forma de narrar sencilla e induce al lector a formar  parte de la historia. Es una novela que genera mayor interés por su contenido histórico donde muchos judíos se vieron obligados a trabajos forzados y sobrevivieron durante el Holocausto Nazi.
Resalto también que la novela es una reflexión del Holocausto donde solamente a través la narrativa es decir la literatura, sobre todo la de ficción, es capaz de acercar de forma meticulosa a través del lenguaje.

La novela Sin Destino  es una de las primera novela que escribió el autor Kertész, tras un arduo trabajo en el año 1975 es publicada cuando el escritor tenía  46 años. Esta novela se  puede apreciar desde la verdadera literatura que narra el mundo interior de los seres humanos, el lenguaje que hacer pensar y reivindica una imaginación e ideología independiente. La estrategia  que radica en la escritura  de Kertész es la narración   autobiográfica, donde elige contar   alejándose  del “Holocausto”, no habla de los crematorios, montañas de cadáveres, cámara de gases, sino más bien  nos revela la situación desde una perspectiva humana , el deseo de comer  un pan, el beber agua, hacer sus necesidades fisiológicas, entre otras.


Resalto  que  el problema no es sólo es de los judíos; sino de toda la humanidad, sin determinar a un grupo geográfico, religioso, color de piel. De antemano, lo que nos resalta en esta novela, es que los campos de concentración no son un evento del pasado, sino que están en el presente y futuro de la humanidad.  Por tal razón el eje central de la novela es la supervivencia humana, al hecho de  aceptar, enfrentar y aprender a sobrevivir.


Bibliografía

Kertész, I. (1975). Sin destino. Barcelona: Sol 93.


Vanguardia. (31 de Marzo de 2016). Imre Kertész, cronista de Auschwitz del Totalitarismo. Recuperado el 1 de octubre de 2016, de http://www.vanguardia.com.mx/articulo/imre-kertesz-cronista-de-auschwitz-y-critico-del-totalitarismo



Urresty, E. B. (1 de Abril de 2016). El nobel que luchó contra el totalitarismo. El tiempo. Recuperado el 30 de septiembre de 2016, de http://www.eltiempo.com/entretenimiento/musica-y-libros/la-vida-de-imre-kertesz-ganador-del-premio-nobel-de-literatura/16552262


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